Las acciones del sector de atención sanitaria se benefician de tendencias temáticas a largo plazo, con una demanda impulsada por el envejecimiento de la población en los mercados desarrollados y el crecimiento económico en los mercados emergentes. Los avances científicos dan paso a nuevos tratamientos además de reducir los costes. Por otro lado, la demanda de atención sanitaria tiende a transcender los giros cíclicos de la economía.
La revolución tecnológica en atención sanitaria justo acaba de comenzar. La cirugía robótica, los nuevos diagnósticos y las herramientas en el campo de las ciencias de la vida capaces de detectar enfermedades en los primeros estadios, así como los tratamientos para el Alzheimer y las enfermedades cardiovasculares, son algunos de los numerosos adelantos que impulsan el crecimiento del sector. La telemedicina y la digitalización ofrecen un enorme potencial para ofrecer una mejor atención a los pacientes.
Sin embargo, puede que algunos inversores no se sientan cómodos invirtiendo en una cartera enfocada a un único sector. En todo caso, la atención sanitaria merece un lugar especial en toda asignación de activos. Creemos que una cartera cuidadosamente seleccionada de acciones del sector sanitario ofrece una combinación única de características que favorecen un sólido potencial de rentabilidad y la reducción del riesgo para afrontar las distintas condiciones del mercado.
A pesar de los breves episodios de turbulencias, como los registrados en 2022, creemos que los productos y servicios dinámicos que dominan actualmente el espacio sanitario son el motivo por el que una cartera de valores cuidadosamente seleccionados de este sector sigue presentando características defensivas a largo plazo.