Lógicamente, la transición hacia la energía renovable también presenta oportunidades para mejorar los resultados económicos y sociales. Las innovaciones tecnológicas relacionadas con dicha transición pueden ayudar a las comunidades a adaptarse mejor a los fenómenos meteorológicos, a la vez que crean empleos relacionados con las energías limpias y abren nuevas vías para el desarrollo económico No obstante, este cambio resulta difícil—especialmente en los mercados emergentes, donde la vulnerabilidad de los trabajadores del sector de los combustibles fósiles podría ser mayor—, y los inversores deben ser conscientes de los riesgos.
Cambio climático y riesgos para los derechos humanos: ejemplos reales
A fin de poner en contexto los riesgos del cambio climático para los derechos humanos cabe analizar dos casos prácticos reales, uno relacionado con el riesgo físico y el otro con el riesgo de transición.
Caso práctico: Supertifón Haiyan
El supertifón Haiyan se cobró la vida de 6.300 personas y provocó 4,4 millones de desplazados tras golpear Filipinas en noviembre de 2013. Las Bisayas Orientales, la región más castigada, era una de las más pobres del país y su población figuraba entre la más susceptible al tráfico de personas.
El supertifón obligó a decenas de miles de residentes a abandonar las zonas arrasadas y muchos de ellos se dirigieron a Manila, la capital filipina. Tras la tormenta se disparó el tráfico de personas. De hecho, en un 54% de los pueblos donde se realizaron encuestas se informó de casos de niños que trabajaban en condiciones peligrosas y en un 39% de ellos se notificó un aumento del número de casos trabajo infantil.
Caso práctico: extracción de cobalto para energía renovable
El cobalto es un mineral importante que se utiliza en las baterías de iones de litio que impulsan el sector de la energía renovable. No obstante se ha informado de graves violaciones de los derechos humanos en las minas donde se extrae. Se estima que al menos 35.000 niños trabajan en minas de cobalto en todo el mundo. Estas explotaciones generalmente funcionan de forma ilegal y los mineros están expuestos a polvo tóxico que puede provocar enfermedades pulmonares por inhalación de metales pesados.
Las empresas que utilizan la esclavitud moderna —ya sea directa o indirectamente— en las cadenas de suministro de energía renovable podrían enfrentarse a consecuencias legales, como multas, sanciones y pleitos. En 2019 se presentó una demanda judicial colectiva contra cinco grandes empresas tecnológicas, alegando que se habían beneficiado conscientemente del uso del trabajo infantil en sus cadenas de suministro de cobalto. Más allá de los riesgos de litigio, un mayor control normativo puede dar lugar a requisitos más rigurosos relativos a la presentación de información y auditorías sobre las cadenas de suministro, con la imposición de graves sanciones a las empresas infractoras.
Un plan de acción para que los inversores identifiquen los riesgos
La relación entre cambio climático y riesgos para los derechos humanos no puede ser opaca. A la vista de su importancia, creemos que los inversores deberían adoptar un enfoque que permita identificar de manera sistemática los riesgos de esclavitud moderna relacionados con el cambio climático y garantizar que su diligencia debida incluye lo siguiente:
- Identificar si las operaciones más intensivas en mano de obra de las empresas se encuentran en regiones susceptibles a eventos climáticos de aparición lenta y súbita.
- Evaluar de qué modo las empresas ubicadas en las regiones de alto riesgo tienen en cuenta consideraciones laborales, como el riesgo de migración a gran escala tras eventos climáticos de aparición súbita o el riesgo de trabajo forzoso en las cadenas de suministro de energía renovable.
- Comprender el modo en que las empresas ubicadas en regiones de alto riesgo llevan a cabo la diligencia debida en materia de derechos humanos a fin de identificar los riesgos de esclavitud moderna, y las medidas que adoptan para reducir dichos riesgos.
- Estudiar el modo en que las empresas se implican y colaboran con los empleados, los proveedores, los clientes y las comunidades afectadas para evaluar el impacto de los planes de descarbonización y responder al mismo.
Aparte de sus consecuencias medioambientales, el cambio climático puede tener repercusiones complejas y de gran alcance para los derechos humanos. Creemos que estos riesgos pueden, y deben, ser un componente integral del análisis fundamental que realicen los inversores. Con información y herramientas que incluyan marcos pertinentes y parámetros complementarios, los inversores pueden mejorar las evaluaciones de riesgos y tomar decisiones de asignación de capital con mayor conocimiento de cauda.