La carga de la deuda y los tipos ponen a prueba a los inversores en RV

26 agosto 2024
4 min read

Un período prologado de tipos elevados puede tener consecuencias a largo plazo para los consumidores y las empresas, además de afectar a las valoraciones.

Últimamente, los mercados de renta variable están acusando más volatilidad debido a la preocupación de los inversores por la desaceleración económica antes de las probables rebajas de tipos por parte de la Fed. No obstante, más allá de las consecuencias macroeconómicas obvias de un entorno de tipos de interés más altos durante más tiempo, creemos que los inversores deberían evaluar los efectos de unos tipos elevados en los beneficios de las empresas, cuestión que suele pasarse por alto.

Los elevados tipos de interés han encarecido la financiación

La demanda agregada se ha visto reducida por los altos tipos de interés, lo que ha permitido contener la inflación. No obstante, sigue existiendo cierta inflación salarial persistente. Algo que resulta menos perceptible para ciertos inversores es el impacto de los altos tipos de interés en los balances de las empresas y los hogares. Esto se debe a que los efectos de las variaciones de los tipos de interés —tanto al alza como a la baja— suelen producirse con el paso del tiempo, sobre todo en el caso de bienes con precios elevados que se adquieren con menos frecuencia.

Por ejemplo, los préstamos por plazos, como las hipotecas para la compra de vivienda o los préstamos para automóviles, suelen medirse en años en lugar de meses.  Independientemente de las condiciones del mercado, un número relativamente pequeño de consumidores adquieren esos bienes, que tienen  un coste muy elevado, en un determinado mes. Por tanto, es posible que los prestatarios tarden mucho tiempo en notar los efectos negativos de unos tipos elevados.

¿Qué ocurriría si los tipos subieran durante seis meses y luego cayeran abruptamente? Al tratarse de un período de tiempo más bien breve, muy pocos consumidores de productos con precios altos quedarían expuestos a unos costes de financiación elevados. ¿Y si los tipos se mantienen en cotas altas durante mucho tiempo? Esa es justamente la situación que hemos vivido, y tanto los consumidores como las empresas han pasado apuros.

Unos costes de financiación elevados reducen la actividad económica y afectan a los beneficios

El mercado de la vivienda es un buen ejemplo. Las ventas de viviendas de segunda mano correspondientes a los últimos 12 meses alcanzaron máximos de 14 años (6,2 millones) en agosto de 2021 impulsadas por unos tipos fijos hipotecarios en mínimos (Gráfico). Desde entonces, los tipos fijos para hipotecas a 30 años han subido más de 400 puntos básicos hasta situarse en torno al 7%, el nivel más alto de los últimos 20 años. ¿El resultado? Al cierre de mayo de 2024, las ventas de viviendas de los 12 meses anteriores se habían reducido hasta los 4 millones de unidades.

Los altos tipos de interés han reducido las ventas de viviendas en EE. UU.
Los altos tipos de interés han reducido las ventas de viviendas en EE. UU.

Los análisis históricos no garantizan los resultados futuros.
A 31 de mayo de 2024
Fuente: FactSet y AllianceBernstein (AB)

Desde mayo de 2022 se han cerrado más de 9 millones de ventas de viviendas de segunda mano a unos tipos superiores al 5%. Las ventas de viviendas nuevas en los últimos 12 meses también se han reducido después de registrar máximos de casi 900.000 en mayo de 2021.

Es fácil observar el efecto que han tenido los altos tipos de interés sobre los costes de endeudamiento. Menos visibles resultan las mayores cantidades de efectivo que deben dedicar los consumidores a pagar sus deudas, así como la inevitable reducción de otros gastos que esto provoca.

El entorno de tipos de interés elevados también tiene efectos significativos en las empresas. El descenso de la demanda —y los precios más bajos— terminan haciendo mella en los beneficios operativos de las empresas. Las empresas que venden bienes de menor precio han registrado un descenso del volumen de ventas en los últimos meses. No obstante, las empresas muy orientadas a líneas de productos de gama alta siguen afrontando riesgos, ya que puede que no dispongan de productos de gama media o baja para contrarrestar las consecuencias de un cambio en las preferencias de los consumidores.

¿De vuelta a un escenario en el que solo los mejor preparados sobreviven?

En este entorno, los inversores deben estudiar detenidamente la carga de la deuda de las empresas, que en estos momentos se sitúa muy por encima de la media de los últimos 20 años (Gráfico).

La carga de la deuda de las empresas se ha disparado
Deuda total como porcentaje del flujo de caja libre, S&P 500
La carga de la deuda de las empresas se ha disparado

Los análisis históricos no garantizan los resultados futuros.
Los datos reflejan cifras medias de los últimos 12 meses.
Hasta el 31 de julio de 2024
Fuente: FactSet y AB

Las empresas saneadas que operan en mercados racionales suelen generar un excedente de efectivo una vez reinvierten de forma apropiada, y  no necesitan depender de la deuda para financiar sus operaciones. Cuando cae la demanda, puede que los beneficios se deterioren, pero no lo suficiente como para suscitar dudas en torno a la estabilidad financiera de la empresa.

Por otro lado, las empresas rentables con una enorme carga de la deuda pueden asumir riesgos que los inversores pasan por alto, sobre todo si estas empresas operan en mercados cíclicos. Esta situación puede hacerlas especialmente vulnerables a un descenso de las ventas y los beneficios. El deterioro de los resultados financieros, unido a un fuerte apalancamiento, puede incluso derivar en un riesgo de insolvencia. Por ello, los inversores deben asegurarse de que una empresa bajo presión invierte lo suficiente para poder mantener un crecimiento de los beneficios en el futuro.

Hay numerosos ejemplos significativos

En períodos prolongados de endurecimiento de las condiciones financieras, los más débiles también suelen ser los más vulnerables.

Un buen ejemplo es Silicon Valley Bank (SVB), que a principios de 2023 quebró en cuestión de días, aunque a veces se tarda más. La empresa de servicios de transportes Yellow Roadway llevaba muchos años soportando una enorme deuda antes de declararse en quiebra por las mismas fechas que SVB, cuando los tipos subieron más de lo que sus operaciones podrían soportar, a juicio de los acreedores de la empresa.

SVB y Yellow se hundieron después de alrededor de un año de tipos de interés elevados. También podemos remontarnos a la crisis financiera mundial para encontrar otros ejemplos significativos, como las quiebras del banco hipotecario emergente New Century Mortgage y el gigante de banca de inversión Bear Stearns. Este sendero de lágrimas no terminó hasta 2009, año en el que empresas reconocidas, como General Motors, tuvieron que afrontar una reorganización forzosa. Cabe señalar que la demanda de los consumidores tardó años en recuperarse después de aquello.

Aunque no esperamos que esta vez la situación sea tan extrema, el actual entorno de tipos de interés elevados todavía puede crear fuertes tensiones para los consumidores y las empresas. Incluso las empresas con un sólido flujo de caja libre para soportar elevadas cargas de la deuda pueden verse perjudicadas. Esto es así porque unos mayores gastos por intereses y la necesidad de amortizar la deuda a su vencimiento pueden poner en riesgo sus operaciones, posicionamiento competitivo y rentabilidad. Y esta circunstancia puede terminar afectando a la forma en que los inversores valoran las acciones de dichas empresas.

Las estrategias de inversión que no tienen debidamente en cuenta los posibles riesgos de una deuda abultada y unos flujos de efectivo volátiles son propuestas arriesgadas. Por ello, identificar empresas de calidad, con unos niveles de deuda manejables y balances saneados puede reducir el riesgo y, en última instancia, impulsar el potencial de rentabilidad a largo plazo.

Las opiniones expresadas en este documento no constituyen análisis, asesoramiento de inversión ni recomendación de negociación y no representan necesariamente las opiniones de todos los equipos de gestión de carteras de AB. Las opiniones pueden cambiar a lo largo del tiempo.