Los esfuerzos de China por superar los retos internos e internacionales para su crecimiento en 2025 podrían beneficiar a los inversores en bonos.
La desaceleración de la actividad global, los problemas internos y una nueva oleada de aranceles a las exportaciones de China a Estados Unidos ensombrecen las perspectivas de crecimiento del gigante asiático para 2025 —el año de la serpiente, según su astrología—. Los responsables políticos han tomado medidas para impulsar el crecimiento, y prevemos que seguirán actuando en este sentido. A nuestro juicio, la posibilidad de una mayor relajación monetaria beneficia a los inversores en renta fija.
A pesar de los constantes problemas que padece su sector inmobiliario, China cumplió el objetivo de crecimiento del 5% en 2024. Sin embargo, las circunstancias en las que lo ha hecho reflejan los retos que afronta la economía del país. El objetivo se cumplió en gran medida por las medidas políticas favorables que se adoptaron a finales de año y que, junto con el aumento de la demanda de exportación, mejoraron la dinámica de crecimiento en el cuarto trimestre.
Las exportaciones y la inversión en la industria manufacturera (en gran parte ligada a la demanda de exportación) fueron los principales factores que impulsaron el crecimiento durante todo el año, aunque el incremento de las exportaciones en el cuarto trimestre tiene matices preocupantes. Y es que en gran medida se debió a un «adelanto» de la demanda en previsión de los aranceles impuestos a las exportaciones de China a Estados Unidos por parte de la nueva administración Trump.
Si bien se prevé que el crecimiento global siga desacelerándose en 2025, las perspectivas de China dependen sustancialmente de la capacidad de las medidas políticas para mitigar el impacto de los aranceles y otros factores adversos. En conjunto, creemos que hay suficiente margen para que la economía china crezca alrededor de un 4,5%. A nuestro juicio, la baja inflación de China y la probabilidad de una mayor relajación monetaria crean una oportunidad potencialmente atractiva para los inversores en renta fija.
El problema de los aranceles
Creemos que los aranceles que ha impuesto Estados Unidos afectarán negativamente al crecimiento de las exportaciones chinas. No obstante, sus efectos probablemente serán menos graves que durante la primera administración Trump, cuando restaron un 1,5% del PIB chino en el período 2018-2019. Desde entonces, China ha diversificado sus relaciones comerciales, de manera que Estados Unidos ahora representa el 40% de su balanza comercial, frente al 80% en 2018, y un 14,5% de sus exportaciones, frente al 20% de ese año (Gráfico).